Wednesday, January 25, 2006

Bueno,... me voy dime lo que te debo

TUBULAR KILLER: Entra por la puerta del bar (tipo bajo, con gafas y un poco calvo...) Se dirige al camarero (fuerte y con rostro serio) y le dice: me da una Mirinda

Se ha encontrado con la barra atrapándole las piernas, cuando no tiene más postura que enroscar el tronco tieso por los años y tratar de reposar los codos en la suave cubierta.

Incomódisimo siente entrar a otro comensal, esto le exige una torcedura mayor y recuerda cuando en clases de adecuación del cuerpo para la danza, al yoga no le daba ni un duro.
La necesidad de tocarlos otra vez, el placer que provocaba el dolor, esforzarse por alcanzarlo. Sabía que ahora no se tocaba ni las rodillas. Y no haría el intento de pensar en hacer el intento.
Ya estaba bueno con el trabajo que le costaba, pensar en algo que no fuera él.
-Kir royal.
Se acuerda que esperaban a que dijera. Era primera vez y se notaba que no había paciencia para él en esa barra. No era esa una novedad. Sin embargo el jugo de limón se acababa y la cortadura impedía tratar de exprimir más, la hora tardaba en avanzar y el aire acondicionado complicaba el hablar. Que no prenda un cigarrillo, pensó. Definitivamente imposible para el rostro que traía. El corcho maldita sea, voló hasta la mesa seis.
- No intentes esconderte tras la barra.
- Gracias, por acordarme.

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