Sunday, January 29, 2006

Después de comer no hay hambre

... el colapso del techo de una sala de exposiciones ... crónica de día domingo.

¿Quién dijo que no había emoción en una expo?
Y seguramente tu manifiesto rechazo a las inauguraciones te hace sentir mejor persona.

Cuando te has dado cuenta desde detras de una bandeja qué es realmente la palabra despojo, abordaje, hambre, sed.

El cuento es algo así. No hay plan estratégico previo que funcione, ni distribución de banderitas sobre el plano, menos que alguien te abra paso hasta el otro piso, ya que ellos han vivido la experiencia muchas veces antes que uno y conocen nuestros movimientos. Conocen de donde saldremos, ellos ya están allí cuando nos asomamos.
El tráfico nunca es expedito, hay que evadir tantos obstáculos como nunca imaginaste, tantas brazos tratándo de alcanzarte, tantos rostros angustiados queriendo atraerte. El niño que se acerca por su madre, el amigo que le lleva un trozo a su gente, el que te devuelve la copa vacía no sin antes sacar la llena y el que sencillamente te encarga que pases por su lado para la proxima vez.
Qué obras, qué museo, qué permiso, qué servilleta... que poco queso!, ¿no te queda vino tinto?, traeme juuuugo; que pases por aquí , que no he alcanzado nada!; ¿van a salir más pancitos?...
Y nunca terminan hasta que se termina, ya cansados de habernos tironeado y de haber comentado algo con la boca llena, se despiden de beso, se estrechan las manos y se comentan donde se encontrarán otra vez, tal vez en alonso de ovalle, porque en el la galería x no dan coctail.

Wednesday, January 25, 2006

Bueno,... me voy dime lo que te debo

TUBULAR KILLER: Entra por la puerta del bar (tipo bajo, con gafas y un poco calvo...) Se dirige al camarero (fuerte y con rostro serio) y le dice: me da una Mirinda

Se ha encontrado con la barra atrapándole las piernas, cuando no tiene más postura que enroscar el tronco tieso por los años y tratar de reposar los codos en la suave cubierta.

Incomódisimo siente entrar a otro comensal, esto le exige una torcedura mayor y recuerda cuando en clases de adecuación del cuerpo para la danza, al yoga no le daba ni un duro.
La necesidad de tocarlos otra vez, el placer que provocaba el dolor, esforzarse por alcanzarlo. Sabía que ahora no se tocaba ni las rodillas. Y no haría el intento de pensar en hacer el intento.
Ya estaba bueno con el trabajo que le costaba, pensar en algo que no fuera él.
-Kir royal.
Se acuerda que esperaban a que dijera. Era primera vez y se notaba que no había paciencia para él en esa barra. No era esa una novedad. Sin embargo el jugo de limón se acababa y la cortadura impedía tratar de exprimir más, la hora tardaba en avanzar y el aire acondicionado complicaba el hablar. Que no prenda un cigarrillo, pensó. Definitivamente imposible para el rostro que traía. El corcho maldita sea, voló hasta la mesa seis.
- No intentes esconderte tras la barra.
- Gracias, por acordarme.

Friday, January 06, 2006

recuperar la mano

Recuperando algunas cosas extravíadas en las últimas travesías, en los últimos traslados, en los veladores de los domicilios abandonados.
Quiera D* que nos pille confesados
Quién dijo que el viejo no traía regalos. Aunque la pelota te dure un día.
Fui la mismísima dueña de la pelota por un día.
Deseo la pieza limpia para que las ideas no choquen con los calcetines y los zapatos bajo el catre. Deseo la tapas de la cama ligera, para que no retenga la expansión en la revisión nocturna, en la lectura del cuento y en las vidas soñadas.
Deseo un ventilador para el circular de los ánimos
y una ventana grande para escapar cuando se quiera.
Si, si, trabajo, a big money y salud mental.
Ojalá bajos decibeles y buena voluntad, evitar el conformismo fácil y la pereza.
Da pa largo.
Lo bueno es que tenemos un año, y par, si eso puede servir de algo.