¿Quién dijo que no había emoción en una expo?
Y seguramente tu manifiesto rechazo a las inauguraciones te hace sentir mejor persona.Cuando te has dado cuenta desde detras de una bandeja qué es realmente la palabra despojo, abordaje, hambre, sed.
El cuento es algo así. No hay plan estratégico previo que funcione, ni distribución de banderitas sobre el plano, menos que alguien te abra paso hasta el otro piso, ya que ellos han vivido la experiencia muchas veces antes que uno y conocen nuestros movimientos. Conocen de donde saldremos, ellos ya están allí cuando nos asomamos.
El tráfico nunca es expedito, hay que evadir tantos obstáculos como nunca imaginaste, tantas brazos tratándo de alcanzarte, tantos rostros angustiados queriendo atraerte. El niño que se acerca por su madre, el amigo que le lleva un trozo a su gente, el que te devuelve la copa vacía no sin antes sacar la llena y el que sencillamente te encarga que pases por su lado para la proxima vez.
Qué obras, qué museo, qué permiso, qué servilleta... que poco queso!, ¿no te queda vino tinto?, traeme juuuugo; que pases por aquí , que no he alcanzado nada!; ¿van a salir más pancitos?...
Y nunca terminan hasta que se termina, ya cansados de habernos tironeado y de haber comentado algo con la boca llena, se despiden de beso, se estrechan las manos y se comentan donde se encontrarán otra vez, tal vez en alonso de ovalle, porque en el la galería x no dan coctail.